Meter todo en el mismo saco
A menudo se acusa de falta de rigor al ámbito "alternativo", en muchas ocasiones con toda la razón. Ahora bien, me pregunto si exigimos el mismo rigor a los ámbitos académico y científico. Bajo el título "Que no, que la leche no es mala para la salud", la autora del blog Mondo Medico rebate la "falacia" de que todo lo natural sea bueno. Que, efectivamente, es una idea habitual en el mundo "alternativo" y en ningún caso tiene porqué ser cierta. Y explica porqué la leche es buena para la salud. Sin embargo, en ningún caso menciona si habla de la leche natural o de la leche sometida a procesos de pasteurización o uperisación. Los estudios del Dr. Francis M. Pottenger durante 10 años sobre los efectos de la leche pasteurizada y la natural en una población de 900 gatos dan, al menos, que pensar.
Por su parte, el profesor José Miguel Mulet sostiene que "los productos ecológicos no son ni más sanos ni más sostenibles" sino "solo más pijos". En una entrevista concedida al diario El Mundo, habla de su libro 'Los productos naturales, ¡vaya timo!' (Ed. Laetoli). En ella argumenta, por ejemplo, que los productos ecológicos están menos controlados que los industriales que se venden en las grandes superficies alimentarias, donde se realizan inspecciones habituales. Ni una palabra de los efectos de los productos químicos sobre la salud; tampoco sobre el gasto -insostenible- del traslado de alimentos frente a la sostenibilidad del consumo local. Lo cual no justifica, por supuesto, que no exijamos el mismo rigor a los productores ecológicos, para evitar engaños como el uso de "insecticidas y fungicidas prohibidos en el cultivo de frutas y hortalizas que luego se venden con el sello de ecológicas". Que es un fraude porque, como bien informa el diario El País, aunque los niveles de productos químicos entren dentro de lo tolerable según la normativa española para frutas cultivadas de forma no ecológica y, por lo tanto, no supongan un riesgo sanitario, sí es "un fraude al consumidor, dispuesto a pagar un poco más por productos ecológicos".
Nos sorprendemos de la cantidad de casos de cáncer que tenemos a nuestro alrededor y ni se nos ocurre plantearnos que somos la primera o segunda generación alimentada de manera industrial. ¿Será casualidad?
A menudo se opone lo oficial y lo "alternativo" como si fueran contrapuestos. En un comentario introducido en mi post "La nueva medicina" de 9 octubre 2011, mi amigo Fer se pregunta "cuándo acabaremos con la antinomia de lo oficial y lo alternativo" y asegura "que no hay discusión sobre ello". Y recuerda acertadamente que "la ciencia avanza y veo muy cercano una unificación en ambos criterios", dice. En "El Tao de la salud, el sexo y la larga vida", Daniel Reid explica cómo nuestra medicina occidental corrobora a menudo la sabiduría de la medicina tradiciona. Y pone ejemplos como la similitud entre la teoría de la esencia vital del organismo en medicina tradicional china, que sostiene que los factores inmunológicos y de resistencia a la enfermedad residen en ella, y la correspondencia entre los leucocitos o glóbulos blancos -primera fuente de interferona- y la esencia sangre de la que habla la MTC; los fibroblastos -segunda fuente de factores inmunológicos en la teoría china- y entre los linfocitos T y la esencia hormonal china.
Los estudios sobre el efecto placebo demuestran también que, a veces, las cosas no son ni blanco ni negro.